Un ‘Durruti Dry Martini’

Pablo Hermoso de Mendoza hizo una pausa, miró hacia un futuro que solo conoce él y terminó así la rueda de prensa: «Ahora toca otra etapa… daré paso a una etapa diferente». La comparecencia tuvo un tono de solemne gravedad, la que también transmitían con sus gestos y silencios los compañeros del grupo que arroparon al exalcalde en la sala de prensa del Ayuntamiento de Logroño, pero justo en el final la voz de Hermoso tuvo matices de alivio, y los ojos le brillaron un instante con algo muy parecido a esa felicidad que brota cuando se ha pasado página. Hay políticos que al dejar la actividad pública se esfuman, como le ha pasado a Raquel Romero cuya ocupación actual es un misterio. Nadie sabe dónde está ni en qué trabaja, aunque es probable que la exconsejera necesite un par de años sabáticos para recuperarse tras un compromiso tan agotador y exigente como el que mantuvo día a día durante la pasada legislatura.

Pablo Casado trabaja ahora en un fondo de inversión, Albert Rivera da lecciones de comunicación a 3.000 euros la clase mientras que el exministro Alberto Garzón tuvo que dar marcha atrás cuando ya estaba con la manita en el pomo de la puerta giratoria que tanto criticó en su día. Lo que pocos esperábamos era descubrir al Pablo Iglesias empresario, emprendedor y hostelero, porque Iglesias y dos socios acaban de montar un bar en Lavapiés al que han llamado ‘Taberna Garibaldi’. El nombre tiene ya un aire como de canción de Manu Chao, y la sensación de estar en un delirio de preadolescentes con camiseta del Ché se acrecienta a medida que uno va leyendo la carta: ‘Carrillada Brigada Garibaldi’, ‘Fidel Mojito’, ‘Enchiladas Viva Zapata’ o ‘Salmorejo Partisano’. Esta oferta configura la parodia porque cada propuesta suena a chiste aunque yo he echado en falta el Cóctel Molotov, pero la polémica más revolucionaria la ha producido el ‘Durruti Dry Martini’: unos anarquistas han exigido que retiren ese nombre y han hecho pintadas en la fachada del local con sus correspondientes faltas de ortografía.

La gloria es a veces la antesala del abismo y es difícil aprender a aterrizar y reinventarse después de haberse quemado las alas por volar cerca del sol. Ahora le ha tocado a Pablo Iglesias despertar por la mañana convertido en un insecto como en ‘La metamorfosis’ de Kafka, un ser diminuto, extraño en un mundo nuevo en el que no logra encajar. En la víspera de la inauguración, el exvicepresidente del Gobierno y exministro de Derechos Sociales, el hombre llamado a terminar con la casta, tomar el cielo por asalto y cambiar radicalmente España se colocó tras la barra para secar unos cubiertos con un trapo y de repente era Jesús Bonilla en ‘Los Serrano’; también las malas comedias necesitan sus protagonistas.

Carlos Santamaría – Artículo publicado en Diario La Rioja

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